miércoles, 9 de diciembre de 2015

Proceso de recolección y consumo de peyote



Unos amigos nos invitaron a acampar y a probar peyote en el desierto de
San Luis Potosí. Fue un viaje muy agradable y en companía de personas
excelentes. La dosis consumida fue baja, y los botones algo jóvenes,
chicos -como estoy comparando ahora con otros videos y fotos-, más para
compartir y disfrutar el momento con el grupo que para viajar a las
profundidades de uno mismo con una dosis de textbook. Recuerdo que en el
año 2003 leí en Asunción el libro de Huxley y, por supuesto, la
curiosidad generada perduró hasta el presente. De acuerdo a las varias
fuentes que estoy consultando, el nivel del corte que hicimos, sin rozar
siquiera la raíz, permite que dichas plantas no mueran y broten
nuevamente. Espero que esto signifique, hasta donde se pueda, cierto
respeto hacia este vegetal, por lo demás muy valorado por varias
culturas relegadas por la nuestra, y si de algo vale nunca pretendimos
arroparlo de otro embalaje simbólico que no fuera el propio.
En la
zona donde recolectamos el tamaño de los cactus no era muy grande, pero
la cantidad abundante. En dicha enorme explanada sólo nos topamos con un
grupo de gente recolectando, y eso que según Martín, el joven lugareño
que nos acercó en su camioneta desde el pueblo Estación Catorce, es una
de las épocas de mayor afluencia turística. Semana Santa y Diciembre,
dijo.
Ahora, aún no me queda claro si el peyote está en peligro de
extinción o no, las muchas fuentes que consulté en internet son muy
vagas, contradictorias y frecuentemente están acompañadas de la condena
"seudojipi coyoacanense" dirigida al turista defeño, que espero no se
aplique en este caso, y si para alguno lo hace, qué le vamos a hacer.
Por último, si los cortes no afectan la raíz, y la planta sigue
viviendo, ¿se puede hablar de extinción? ¿O meramente posposición?