miércoles, 6 de junio de 2012

Viajando en los campos Eliseos


Título: Viajando en los Campos Elíseos 
De: Enrique

Bueno mi experiencia ha sido de las más impactantes y maravillosas experiencias de mi vida... comenzó así:
Me di cuenta de esta planta en internet y después de investigar mucho decidí probarla. Ya para entonces les había platicado a mis amigos de esta planta maravillosa.
Fue entonces cuando me llegó el paquete por correo e invité a un amigo a probarla. Esa noche fuimos a una cabaña para preparar todo para el día siguiente, pues íbamos a tener una fiesta y entrada la madrugada fue cuando decidimos probarla.
Yo fui primero: llene mi pipa con Salvia y le di el primer jalón, después otro y después otro aguantando el humo lo más posible.
Me recosté en la cama y de pronto fue como si se prendiera un switch dentro de mi cabeza... sentí que mi piel se derretía y entonces mi alma se empezó a desprender de mi cuerpo. Podía ver mi cuerpo ahí recostado en la cama y me sentí viajar a un lugar extraño -muy extraño- que jamás en mi vida había visto, jamás hubiera podido imaginar que algo así pudiera existir. Era una especie de bosque con muchos arboles muy grandes, matorrales por todos lados. Todo, en su rareza, parecía perfectamente normal.
Caminaba por una brecha y de pronto vi una especie de libélula increíblemente hermosa; me paré a observarla y me dije: “valla, la tengo que atrapar”, en ese instante ésta emprendió el vuelo y yo la seguí, lo que me llevó a una cueva a la que decidí entrar con un poco de miedo.
Al final de la cueva se podía ver una luz muy luminosa y atractiva, así que caminé hacia allá. Cuando llegué al final sentí algo divino, hermoso inefable e indescriptible... nunca había sentido algo que si quiera se le asemeje.
Avancé... eran unos llanos enormes llenos de flores y rosas y plantas hermosas. Caminaba y sentía una gran paz y fue cuando miré a una mujer bellísima, vestida de blanco -un vestido largo, muy largo que se arrastraba por sobre las rosas- de pronto ella volteó y me pregunto “¿que haces aquí?” la única respuesta honesta que pude darle fue “no lo sé”, me preguntó mi nombre y le contesté; entonces me dijo que la siguiera y me llevó a otro lugar igual de hermoso donde habían muchas mujeres jugando entre las flores. Recuerdo que me envolvía un sentimiento intenso de pura y radiante felicidad.
En cierto momento esta hermosa dama me dio una especie de llave y me preguntó que si ésa era la razón por la que yo estaba ahí; respondí que no sabía y me dijo: “no te preocupes, lo harás bien” al momento que ponía este objeto en mi mano. En cuanto me la dio, sentí como si esa llave se fusionara con mí ser... sentí que respiraba y poco a poco volví a la realidad.
Mi amigo después me contó que sólo habían pasado 25 minutos, ¡no lo pude creer! para mí esto pareció una eternidad.
Y esa fue mi maravillosa experiencia... desde entonces uso Salvia Divinorum ocasionalmente, este regalo de los mismos dioses, pues ha sido una herramienta y medicina del alma, me da perspectiva, me limpia bloqueos energéticos y me brinda inspiración y apreciación por mi vida y la vida de Todo.