miércoles, 3 de octubre de 2012

Borrachera de Salvia


Título: Borrachera de Salvia 
De: Ergo
Les comparto mi primera experiencia con la Salvia, que tuve la fortuna de realizar en compañía de buenos y experimentados amigos. Antes que nada, empezaré con algunos antecedentes: desde hace varios años consumo sustancias psicodélicas (marihuana, LSD, hongos, etc.) y alguna vez intenté fumar hojas de salvia pero sin lograr casi ningún efecto.
Hace una semana, un amigo consiguió un extracto de 10x y nos invitó a probarla. Éramos cuatro amigos y decidimos que yo sería el primero en probarla. Como ya había fumado hojas de salvia sin sentir mayor efecto, yo creía que esta vez tampoco sería nada del otro mundo, por lo que me senté en un sillón mientras mis amigos me decían que fumara y retuviera el humo lo más que pudiera.
Así lo hice: fume dos, tres, cuatro veces, y de repente, empecé a sentirme como ebrio, no pude sostener más la pipa, y alguien la quitó de mi mano, aunque yo vi claramente como la pipa se desvanecía desintegrándose ante mis ojos.
Luego, todo comenzó a desvanecerse: la sala en la que estaba, los muebles, la televisión, era como si estuviera perdiendo la vista terrena pero ganando otro tipo de visión con la que los colores se mezclaban, se confundían, los objetos se derretían y formaban parte de una sola sustancia. Recuerdo muy bien cómo mis amigos también empezaron a desvanecerse, y al final sólo podía ver sus rostros, era como si sus cabezas fuesen globos flotando en el espacio; esa visión se me hizo ridícula y me empecé a cagar de la risa. Mis amigos me dirían después que creían que me iba a morir de tanto reír; curiosamente, yo estaba consciente de la risa pero era como si alguien más riera por mí, de hecho yo había olvidado mi nombre, mi personalidad, era como existir sin estar individualizado, como haberse fundido con la totalidad de la vida.
Ya después de recuperar la sobriedad, reflexioné que más o menos así deben de sentirse los recién nacidos o recién fallecidos: incapaces de comunicarse con los seres que los rodean, ajenos a cualquier asunto mundano, avasallados ante un mundo que los asombra pero que son incapaces de comprender.
Mis amigos me dijeron que parecía niño chiquito, se me cayó la baba y no paraba de reír. Todo esto duró cerca de 10 min.